- Según el último Observatorio internacional contra la violencia y el suicidio de la ONG Bullying sin Fronteras, España es el tercer país del mundo con peores datos de bullying y cyberbullying, con 69.554 casos de acoso y ciberacoso escolar registrados entre abril de 2022 y abril de 2023.
- Ante la más mínima sospecha de que uno de nuestros hijos pueda estar sufriendo una situación de acoso en el colegio, saber detectar a tiempo qué está ocurriendo y recopilar las pruebas necesarias para denunciarlo, es fundamental para resolverlo cuanto antes.
Barcelona, 06 de septiembre de 2023.- En la escuela o en el instituto, existen muchas formas de ejercer y sufrir violencia en el entorno escolar. Aunque desafortunadamente no desaparece en el periodo vacacional, para muchos niños la Vuelta al Cole supone volver a enfrentarse a situaciones de acoso escolar o bullying.
En los últimos años este problema se está viendo agravado por la exposición de los menores y adolescentes a las redes sociales extendiendo el acoso más allá de las aulas. Según el último Observatorio internacional contra la violencia y el suicidio de la ONG Bullying sin Fronteras, España es el tercer país del mundo con peores datos de bullying y cyberbullying, con 69.554 casos de acoso y ciber acoso escolar registrados entre abril de 2022 y abril de 2023.
Por ello, ante las primeras mínimas sospechas que puedan tener los padres: cambios en el comportamiento de sus hijos, aislamiento, síntomas físicos, excusas para no ir al colegio, etc. los expertos de DAS Seguros recomiendan averiguar qué está sucediendo y recabar las pruebas necesarias como primera medida para una rápida intervención y búsqueda de soluciones.
Respecto a las pruebas, los expertos de DAS señalan que, además del testimonio de los familiares, profesores y compañeros de colegio, es recomendable contar con informes médicos sobre el estado de la víctima, correos electrónicos, grabaciones de conversaciones tanto en audio como en vídeo, fotografías o pantallazos de WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería instantánea.
En este sentido, en primer lugar, dado que, en esas edades, la mayoría de los casos de acoso se dan dentro de los centros educativos, los padres deben poner cuanto antes la situación en conocimiento de sus responsables.
Para Natalia Mañas, responsable del Centro de Asistencia Jurídica de DAS Seguros, “una pronta intervención de los padres es fundamental para empezar a tomar medidas y requiere una notificación por escrito (correo electrónico, agenda escolar, intranet del centro…) de la situación al tutor para dejar constancia de la misma y recabar más información. Si no se recibe respuesta satisfactoria, deben trasladarla, a través de la secretaría del centro, al jefe de estudios o al director, solicitando una entrevista personal en la que aportar pruebas y abordar soluciones”.
Aunque, dada la gravedad del problema, muchos centros educativos cuentan con planes de contingencia que deben activar ante la sospecha de que está produciéndose una situación de bullying, si los padres consideran que el centro no toma medidas o estas son insuficientes, los expertos recomiendan denunciar el caso ante el Servicio de Inspección Educativa cuyos protocolos específicos permiten examinar en detalle la situación y, confirmada la evidencia, proceden a implantar un plan de intervención con un seguimiento del mismo. Si pese a todo, sigue sin haber solución hay que elevar el caso a la Dirección Provincial de Educación y, en aquellos de extrema gravedad, llevarlo ante la Fiscalía de Menores
En última instancia, si ninguna de las vías anteriores prospera, desde DAS Seguros indican que el siguiente paso para denunciar el acoso escolar es acudir a los juzgados y la necesidad ha hecho que hoy día haya abogados especializados en casos de bullying. Además, muchas veces el acoso escolar incluye conductas delictivas como amenazas o agresiones físicas que deben ser trasladadas a la vía penal, para que, en función de su gravedad, se puedan imponer las penas oportunas.
“En cualquier caso, es fundamental actuar lo antes posible en primer lugar para detener el acoso y cesar en la conducta que está afectando al menor, además, es importante que el niño o niña
afectado se sienta comprendido y respaldado por su círculo más cercano, asegurando su desarrollo y bienestar y que pueda seguir haciendo su vida normal”, concluye Mañas.